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miércoles, 3 de junio de 2009

Homenaje al difunto: Mario Benedetti y los jóvenes


Cuando era joven, asombrado de lo que es la juventud empieza a escribirnos y no solo con poesía si no que también novelas, cuentos, teatro, ensayos, crítica literaria, etc. era tan predictivo y asustado por lo que pudiera pasar tanto que escribió un libro que se llama “memoria y esperanza” aquí, le da un mensaje a los jóvenes para que se den cuenta de lo que tienen y de lo que están perdiendo a medida que crecen, no temíamos a nada, el mismo lo dice: “ ¿que les falta por probar a los jóvenes en este mundo de paciencia y asco?“ también se ve reflejado su confianza en nosotros, aunque puede ser un poco paradójico admira nuestra rebeldía; “siempre son los jóvenes los que producen las revoluciones” y es verdad tenemos la potestad de hacer cambiar el futuro; Pero no solamente esta este grandioso libro sino que también esta inventario 1 e inventario 2 donde cuenta con unos hermosos poemas de amor pero siempre nos quiere expresar su cansancio por ver lo que sucede en el mundo las injusticias y demás, es una lastima haber perdido uno de los pocos seres que se caracterizan por ser fantásticos e intelectuales de verdad, tengo que confesar que desde que empecé a leer sus libros cada línea, cada verso, cada párrafo o poema (dependiendo del genero), me sentí atraída, lograba enamorarme es increíble ver como yo misma perdía la razón cuando empezaba a necesitarlo y me tocaba crear mi propio conjuro para que el estuviera a mi lado también es increíble ver como una persona se puede inmortalizar con sus libros, porque será alguien que siempre estará ahí reprochando las injusticias del mundo y el cambio que tienen los jóvenes a medida que crecen dejando su jergas y “ sus lindos escándalos, venturosos esplendidos imposibles prodigiosas blasfemias”

Lady Viviana Chicuazuque Avila

1 comentario:

Juan Andrés Moreno dijo...

:_Lo mejor de todo es que Benedetti no ha muerto, nos ha dejado extenciones de su ser, de su inmesurable sensibilidad, de su capacidad persuasiva ante la que cae cualquier poeta melancólico.

Así deberíamos morir todos, tranquilos de haber sembrado en el mundo un pensamiento, un deseo o un saber: un libro, la semilla de todo lo que somos hoy.